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Una historia compartida, cien años. Banco de México

Exposición temporal

La exposición celebra los cien años del Banco de México recorriendo los momentos clave que han definido tanto a la institución como al país. A lo largo de este siglo, el Banco Central ha fortalecido su mandato esencial de proveer moneda nacional y preservar su poder adquisitivo mediante una inflación baja y estable, al tiempo que ha evolucionado en sus mecanismos de gobernanza y en el desarrollo de su capital humano, construyendo así una institución sólida y duradera al servicio de todos los mexicanos.

Fondo 100 años
A través de imágenes, objetos, documentos y piezas numismáticas organizados por décadas, la muestra presenta los hitos más representativos del Banco en diálogo con el contexto social, cultural y político que los rodeó. El recorrido invita al visitante a conectar con lo familiar, resignificar lo desconocido y sumar su propia memoria a la construcción colectiva de una historia compartida, en la que el Banco de México se reafirma como parte esencial de la vida nacional.

1925-1934

El Banco de México nació en 1925 con una doble función como banco central y comercial, pero pronto redefinió su papel para consolidarse únicamente como banco central. Tras iniciar en una sede provisional, en 1927 inauguró su Edificio Principal, obra del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, en una Ciudad de México en plena transformación cultural y social. Los primeros años estuvieron marcados por crisis políticas y económicas, pero la institución logró fortalecerse con la Ley Monetaria de 1931, que impulsó el uso generalizado del billete, y con reformas que le retiraron sus funciones comerciales, posicionándolo como eje del sistema financiero nacional.

1935-1944

En su segunda década, el Banco de México enfrentó profundas transformaciones derivadas de un entorno nacional e internacional complejo: entre 1936 y 1941 se reformó su ley orgánica para ajustar los mecanismos de financiamiento público, mientras que la nacionalización del petróleo en 1938 trajo consigo una devaluación del peso y la intervención del mercado cambiario. Durante la Segunda Guerra Mundial, el país experimentó un auge exportador, entrada de capitales y mayor gasto público, lo que llevó al Banco Central a aplicar medidas restrictivas como el aumento del encaje legal y el impulso de operaciones de mercado abierto. En el ámbito global, México participó activamente en la conferencia de Bretton Woods de 1944, que estableció el nuevo sistema monetario internacional de la posguerra.

1945–1954

Entre 1946 y 1954, el Banco de México fortaleció su papel en la economía nacional con la creación del Instituto Mexicano de Investigaciones Tecnológicas, la distribución masiva de billetes y monedas, y mejoras laborales para sus colaboradores, además de impulsar fondos de fomento como los FIRA. En sintonía con el desarrollo del país y la creación de nuevas instituciones financieras públicas, el Banco Central acompañó un periodo de dinamismo cultural marcado por la Época de Oro del cine mexicano y la llegada de la televisión. Aunque la economía se benefició inicialmente de la Guerra de Corea, la reducción posterior de divisas llevó a la devaluación del peso en 1954, con la que se logró restablecer el equilibrio sin frenar el crecimiento económico.

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1955–1964

Desde mediados de los años cincuenta, México vivió un auge cultural y económico en el que el Banco de México jugó un papel clave al equilibrar la estabilidad monetaria con el impulso al desarrollo dentro del llamado “desarrollo estabilizador”. La institución fortaleció el poder adquisitivo de la moneda y canalizó créditos hacia sectores estratégicos como la agricultura, la industria y la vivienda social, mientras que en el ámbito cultural asumió un nuevo rol fiduciario para garantizar la permanencia de legados como los museos de Diego Rivera y Frida Kahlo, así como los fideicomisos Isidro Fabela y Franz Mayer.

1965–1974

Entre 1968 y 1970, México vivió transformaciones profundas: se introdujeron la primera tarjeta de crédito bancaria en América Latina, el primer cajero automático y la fábrica de billetes del Banco de México, que comenzó a producir papel moneda nacional. Estos avances ocurrieron en un contexto marcado por el movimiento estudiantil, los Juegos Olímpicos de 1968, la inauguración del Metro y tensiones internacionales derivadas de la Guerra Fría. Sin embargo, la política económica de mayor intervención estatal y elevado gasto público generó déficits y creciente endeudamiento externo, lo que presionó al Banco de México y desembocó en una crisis que rompió con la estabilidad cambiaria vigente desde 1954, llevando el peso de 12.50 a 20.50 por dólar.

1975–1984

A finales de los setenta y principios de los ochenta, el Banco de México enfrentó un entorno de fragilidad financiera marcado por la dependencia petrolera y el endeudamiento externo. El auge inicial por el descubrimiento de yacimientos y los altos precios del crudo dio paso a una crisis cuando su cotización cayó, provocando sobrevaluación del peso, inflación y pérdida de reservas. Durante estos años, la Ley de Instituciones de Crédito de 1975 impulsó la banca múltiple y en 1978 surgieron los CETES, modernizando el sistema financiero. Sin embargo, el desplome petrolero de 1981 derivó en una crisis profunda que culminó con la nacionalización de la banca en 1982, medida rechazada por el Banco Central, mientras el peso se devaluaba hasta 150 por dólar y la inflación superaba el 100%.

1985–1994

Entre 1985 y 1994, México atravesó una etapa de transformaciones profundas: tras el devastador sismo de 1985 y en medio del fin de la Guerra Fría, el país impulsó su integración a la economía global con la privatización de empresas estatales, la liberalización del sistema bancario y la negociación del TLCAN. En este contexto, un hecho histórico marcó al Banco de México: en 1993 se reformó el artículo 28 constitucional para prohibir su financiamiento al Gobierno federal y, en 1994, se le otorgó autonomía constitucional. Con ello, la institución adquirió independencia para definir sus políticas y asegurar su objetivo prioritario: preservar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional.

1995–2004

Tras la crisis financiera de 1994-1995, causada por la deuda en Tesobonos y la fuga masiva de capitales, el Banco de México reforzó su autonomía, credibilidad y fortaleza institucional, adoptando en 2000 el objetivo de inflación con meta anual del 3%. En paralelo, impulsó la modernización del sistema financiero mediante el desarrollo del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI®) en 2004, que permitió transferencias inmediatas, seguras y de bajo costo, consolidándose como referente internacional, y posteriormente incorporó innovaciones como CoDi® (2019) y Dimo® (2023), adaptándose a la expansión de la tecnología y la interconexión global.

2005–2014

A mediados de la década de 2000, en un contexto de crecimiento global y expansión tecnológica, México enfrentó la crisis financiera de 2008 con un sistema financiero relativamente sólido y bien capitalizado. Desde 2007, el Banco de México publicó su primer Reporte del Sistema Financiero para fomentar transparencia y estabilidad, y participó activamente en esfuerzos internacionales liderados por el Banco de Pagos Internacionales. En política monetaria, adoptó en 2008 la tasa de fondeo bancario como objetivo operacional, consolidando el esquema de objetivos de inflación y logrando anclar las expectativas inflacionarias dentro del umbral meta.

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2015–2024

En el contexto actual, marcado por la integración irreversible de la inteligencia artificial y la digitalización global, así como por crisis como la pandemia de COVID-19 y las tensiones geopolíticas recientes, el Banco de México ha mantenido su misión de preservar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda. Frente a choques económicos e incertidumbre, implementó medidas monetarias para controlar la inflación, que tras alcanzar picos del 8.70% en 2022 volvió a ubicarse dentro del margen meta de 3 % ±1. Además, restauró su Edificio Principal y creó el Museo Banco de México, fortaleciendo su vínculo con la sociedad y consolidando, a casi un siglo de su fundación, una trayectoria de estabilidad económica y compromiso con el bienestar de los mexicanos.

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Edificio principal del Banco de México.

Ilustradores

Jimena Estebaliz
Jimena Estíbaliz
Montserrat Ventura
Montserrat Ventura
José Fabián
José Fabián
Eva Bracamontes
Eva Bracamontes
Iurhi Peña
Iurhi Peña
Camilo Castaño
Camilo Castaño
Ollie Torres
Ollie Torres
Andrea Vallejo
Andrea Vallejo
Gibrán Turón
Gibrán Turón
Paulina Sevilla
Paulina Sevilla
Sara Cifuentes
Sara Cifuentes

Jimena Estíbaliz

Ilustradora y dibujante egresada de la FAD, UNAM, Jimena Estíbaliz ha desarrollado un lenguaje gráfico propio que se despliega en proyectos culturales y comerciales. Su trabajo se distingue por la metáfora y la narrativa visual, e incorpora distintas técnicas. Ha colaborado con editoriales, instituciones públicas, marcas internacionales y proyectos musicales. Entre sus reconocimientos destacan su selección en la Bologna Children’s Book Fair (2018) y el primer lugar en el concurso “Invitemos a Leer” de la FILIJ. Ha participado en múltiples ediciones de Gran Salón México y expuesto en espacios como Vértigo Galería.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1925 a 1934.

Montserrat Ventura (Mont Ventura / Moon Venture)

Ilustradora y muralista originaria de San Luis Potosí, Montserrat ha colaborado con marcas como Victoria’s Secret, Adidas y El Palacio de Hierro. Su obra mezcla color y feminidad, como en su mural “Raíces”, donde honra los oficios tradicionales de las mujeres potosinas. Es egresada de la UASLP y ha dejado su huella tanto en el espacio público como en productos de diseño.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1935 a 1944.

José Fabián (maldito perrito)

Dibujante y maestro de arte, José Fabián retrata la vida urbana del Valle de México con escenas de oficios, transporte y comercio ambulante. Vivió 30 años en Ecatepec, experiencia que marca su estilo: crudo, directo y lleno de movimiento. Publicó el libro Ecatepec y ha realizado murales en espacios comunitarios, como el Museo de Sitio del Museo Numismático Nacional.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1945 a 1954.

Eva Bracamontes

Artista urbana, ilustradora y diseñadora veracruzana, Eva se ha especializado en temas como la migración, los derechos humanos y la figura femenina. Ha pintado en más de diez países y trabajado con organizaciones como la ONU, ACNUR y Save the Children. Su mural más reciente mide 35 metros y fue creado en la Central de Abasto para conmemorar los 75 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1955 a 1964.

Iurhi Peña

Artista visual y editora, Iurhi Peña centra su trabajo en los afectos, la vida cotidiana y el habitar de las mujeres en el espacio urbano. Su producción, vinculada al cómic, la gráfica y la autoedición, se expresa tanto en formatos impresos como digitales. Desde 2006 ha integrado colectivos feministas en Ciudad de México y actualmente dirige la microeditorial femmecuir Beibi Creyzi. Con una estética punk y política, ha desarrollado proyectos como Art Morras, donde reflexiona sobre el papel de las mujeres en las escuelas de arte. Su obra forma parte del panorama actual de la ilustración crítica en México.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1965 a 1974.

Camilo Castaño

Dibujante colombiano y reside actualmente en la Ciudad de México. Estudió diseño gráfico en su país y cursa una maestría en artes visuales en México. Prefiere definirse como “dibujante” por la sencillez e intimidad que evoca el término. Su trabajo parte de la vida cotidiana, de experiencias autobiográficas que traduce en trazos mínimos y textos poéticos. Su estilo es honesto y lúdico, cargado de ternura, humor y reflexión. Comenzó compartiendo sus dibujos en línea y poco a poco ha ganado visibilidad. En su obra, explora temas como el amor, la amistad y la nostalgia, con un enfoque íntimo y abierto.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1975 a 1984.

Ollie Torres

Ilustradora y música de Iztacalco, Ollie encontró en la ilustración una forma de narrar su mundo. Egresada de la FAD-UNAM, ha trabajado en proyectos de autopublicación como Lowfay y en colectivos de arte sonoro como triste tren. Dirigió un equipo de ilustradores en una plataforma digital, experiencia que le reafirmó su vocación: dibujar. Hoy sigue explorando la gráfica como espacio de resistencia y afecto.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1985 a 1994.

Andrea Vallejo (Fugitiva)

Nació en León, Guanajuato. Es diseñadora gráfica de formación y combina el diseño con la ilustración. Su seudónimo nació de su gusto por el movimiento y el descubrimiento: andar “de allá para acá” y crear desde lo cotidiano. Su estilo colorido y expresivo ha encontrado eco en la música; artistas como Sabino han colaborado con ella y compartido su trabajo en escenarios como el Vive Latino. Fugitiva se inspira en la vida, los gatos y la música, y sueña con expandir su práctica hacia el arte urbano y la creación de libros ilustrados propios.

Su ilustración capta la esencia de la década de 1995 a 2004.

Gibrán Turón

Artista visual multidisciplinario, Gibrán Turón trabaja con ilustración, dibujo, muralismo, serigrafía y risografía. Su obra emerge de la observación de lo cotidiano y lo marginal, resignificando objetos, textos e imágenes halladas en el entorno urbano. A través de un enfoque lúdico y crítico, construye una cartografía visual de las ciudades. Desde 2013 vive en Ciudad de México, donde fundó el festival Dolor Local, plataforma para el arte emergente que ha itinerado por México y Brooklyn. Su trabajo ha sido expuesto en galerías como Proyectos Monclova y Tiro al Blanco.

Su ilustración capta la esencia de la década de 2005 a 2014.

Paulina Sevilla

Arquitecta e ilustradora. Estudió arquitectura en la UNAM y trabajó de 2017 a 2020 en el estudio de Tatiana Bilbao, donde desarrolló proyectos expositivos en museos internacionales. Posteriormente, cursó la maestría en Edificios Ecológicos Avanzados y Biociudades en el IAAC de Barcelona, ciudad donde reside actualmente. Su trabajo cruza arte, arquitectura e ilustración, interesándose en lo doméstico y lo urbano, así como en las historias que habitan los espacios. En 2020, fue invitada por la tienda del SFMOMA a participar en la exposición Diego Rivera’s America, enfocándose en los edificios que el artista habitó en la capital mexicana.

Su ilustración capta la esencia de la década de 2015 a 2024.

Sara Cifuentes (S.Cifu)

Ilustradora y directora de arte colombiana, Sara Cifuentes ha transformado el espacio público a través de intervenciones artísticas llenas de color, humor e imaginación. Bajo el nombre S.Cifu, ha creado murales vibrantes que también se expanden a medios como ropa, calcomanías y piezas audiovisuales. Su estética lúdica la ha posicionado como una referente en la gráfica urbana latinoamericana. Su obra celebra lo inesperado y conecta con el entorno desde una mirada creativa e inclusiva. Es parte de una generación de diseñadoras que están renovando el panorama visual con propuestas frescas, personales y ligadas al espacio colectivo.

Su ilustración capta la esencia de las diez últimas décadas, a manera de resumen visual de estos años.

Programa Público

Actividades para todo público: diálogos, actividades de fin de semana y activaciones.

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